Descripción
Libro El otoño del patriarca. García Márquez desgrana una historia universal -la agonía y muerte de un dictador- de forma cíclica, experimental y real al mismo tiempo, en seis bloques narrativos sin diálogo, sin puntos y aparte, repitiendo una anécdota siempre igual y siempre distinta, acumulando hechos y descripciones deslumbrantes. La muerte del general Franco asoma en el trasfondo de la novela, pero su contexto y estilo son, como siempre, el de la asombrosa realidad latinoamericana que García Márquez ha elevado una vez más a la dignidad de mito. Libro El otoño del patriarca.
Santiago Mesa –
«…un hombre cuyo poder había sido tan grande que alguna vez preguntó qué horas son y le habían contestado las que usted ordene mi general».
El poder es como una fantasía capaz de arrebatarle el buen juicio a cualquiera. Mi general no es la excepción. Nacido en un rincón recóndito de una patria moribunda y miserable, cuándo iba a imaginar que un día sería el Todopoderoso al que las muchedumbres rendirían pleitesía y llamarían «Mi general». Pero pronto le fue gustando, se fue creyendo el cuento y se fue sintiendo dueño de todo su poder, como nos lo dice Gabo en varios momentos de quiebre a lo largo del libro. Esta es una historia de tira y afloja, una crónica de los vericuetos del poder, una muestra de lo irrisorio que puede llegar a ser la figura del dictador que todos temen pero nadie respeta ni obedece, porque lleva tanto tiempo rigiendo la vida de la patria que ya nadie sabe a ciencia cierta si vive o no; lo único que saben es que ya se acostumbraron a su influencia y no sabrían qué hacer sin él. Lo mantienen en su trono por inercia. La inercia de los sometidos, el fácil alivio de no tener que pensar y dejar que otros tomen las decisiones más difíciles y carguen con la culpa del fracaso y la rabia de los muertos, porque esos sí que abundan en esta historia. Mi general es una figura algo hobbesiana, un ejemplo vivo del mítico Leviatán, el Estado absoluto en sí mismo, dueño de la vida y el destino de sus súbditos, depositario de los designios divinos, dispensador de gracias y milagros, garante de la fortuna o el fracaso.
Este libro muestra lo mejor del estilo de Gabo: una prosa fluida que parece más bien como escupida en un arrebato de inspiración que no le da tregua al lector, donde se entretejen mil historias inverosímiles que forman el entramado de esa Historia que es una y es todas, porque un patriarca es todos los patriarcas, y una patria miserable de un país latinoamericano es como cualquier otra. Estas cosas pasan en Colombia, sí, y en todas partes. Los que vivimos en estas latitudes podemos sentirnos fácilmente identificados con las situaciones irrisorias que Gabo nos cuenta, porque en el fondo son absolutamente verídicas. Y los que provienen de otros lugares y miran hacia nuestro continente con curiosidad, no dejarán tampoco de sentirse fascinados y se preguntarán de dónde sacó Gabo tanta cosa fantasiosa. No alcanzan a imaginar que en estas patrias de mariposas amarillas, casas con paredes encaladas y calles con olor a guayabas podridas, la realidad supera la ficción con creces.