El lugar donde se guardan los libros: Bibliotecas.
No hay nada que atraiga más a un buen lector que una librería o una biblioteca, donde pueda sumergirse en variedad de historias y tener mucho para elegir.
Y si hablamos de bibliotecas, están han existido desde hace siglos, de hecho, la biblioteca más antigua data del tercer milenio A.C., en Babilonia, situada más exactamente al interior de un templo en donde se guardaban tabletas de barro y rollos de papiro. Entre las más antiguas están la biblioteca de Mesopotamia, Ebla, Asurbanipal, Alejandría y por supuesto las primeras bibliotecas públicas de Roma que se fundaron en el39 D.C.
Pero comencemos por el término “Biblioteca”, del griego βιβλιοθήκη= biblion = libro y thekes = caja, es decir “el lugar donde se guardan los libros”, que bonita expresión. Generalmente cuando escuchamos el término biblioteca nos imaginamos un lugar espacioso, tranquilo y silencioso lleno de una multitud de libros de todo tipo, que conserva los libros cuidadosamente y en cierto orden, un lugar al que podemos acudir y deleitarnos con una buena lectura y regresar después para seguir disfrutando.
Sin embargo, no siempre se trata de grandes y hermosas obras arquitectónicas, por ejemplo, en New York te puedes encontrar con un tanque amarillo donde la gente se acerca a buscar libros y a hacer intercambios. Esta biblioteca se llama Little Free Library y consiste en una estructura construida a partir de un depósito de plástico boca abajo con soportes de madera, los visitantes pueden pasar por debajo y conocer las diversas obras sin dejar de tener conexión con el exterior. Aunque sea pequeñas seguro que la experiencia vale la pena.
En contraste, en Corea del Sur existe una de las bibliotecas más importantes del mundo, la biblioteca del templo Haeinsa, en donde se conservan las 81.258 tablas de impresión grabadas en madera que contienen los cánones del budismo. El edificio es grande y antiguo y para llegar debes atravesar todos los pabellones del templo y te vas a encontrar con 108 escalones que representan 108 angustias humanas. Sin duda este lugar debe tener un aire de antigüedad y misticismo sorprendentes.
Y así como hay libros de todo tipo, hay bibliotecas de todo tipo y que no necesariamente se caracterizan por el orden y una estructura definida, como es el caso de la biblioteca Cook and Book en Bruselas dividida por temáticas en nueve espacios y con una decoración muy diversa. Existe por ejemplo el espacio “Juventud” adaptado para los lectores más pequeños, sus estanterías blancas son decoradas con libros de portadas coloridas, sillones de colores vivos y mesas con formas infantiles que invitan al juego.
Y si eres de esos que piensa que podrías morir sin libros, la biblioteca del Cementerio en Austria es justa para ti. No es nada grande, solo son tres estanterías y los visitantes pueden elegir cualquier libro y dejar uno a cambio, se creó con el objetivo de que la comunidad dialogue e interactúe con el espacio y pensando en re conceptualizar el termino biblioteca y sus normas. Una visita a la tumba de un difunto y de paso te lees un libro.
Pero en Colombia no nos quedamos atrás, tenemos la Biblioburro, inaugurada por Luis Soriano que con el propósito de fomentar el amor por la lectura viaja en su burro llevando libros para las escuelas rurales de la costa Caribe Colombiana. Esta idea que empezó con 70 libros y hoy ya cuenta con una colección de 3000 libros y por supuesto más burros y más voluntarios que se unieron a esta noble causa.
Sin duda, casi cualquier lugar puede ser un buen lugar para guardar libros, como existen suntuosas construcciones, se pueden encontrar bibliotecas en árboles, en cabinas telefónicas, en estaciones de metro, en parqueaderos de buses, en cementerios, en motos y hasta en burros. Al final lo importante es encontrar un lugar para leer disfrutando y disfrutar leyendo.
“Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”.
Jorge Luis Borges
Escrito por Yenifer Paola Rodriguez