La mayoría de libros que nos gustan no nacieron en la versión final que conocemos. Sufrieron transformaciones en su proceso de creación hasta llegar a lo que el autor quería.
A veces desde la concepción a su impresión hay un largo camino o uno corto. También puede haber cientos de páginas o capítulos desechados, o algunos pocos. ¿De qué depende? De muchos factores, de lo conforme que el autor esté con la obra final.